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El Gran Hermano de las obras
Un estudiante de la Escuela de Arquitectura Técnica de A
Coruña presenta un sistema para controlar recursos humanos y técnicos a través
de drones
«La idea se me ocurrió trabajando en una obra de viviendas
unifamiliares, donde me di cuenta de que no se sabía de quién era el material,
ni cuándo había que devolverlo, ni cuándo lo habían trasladado hasta allí»,
explica Raúl Díaz, un estudiante de la Escuela de Arquitectura Técnica de A
Coruña que la semana que viene defenderá un interesante proyecto de fin de
carrera con el que afirma que se podrá poner fin a este descontrol.
El proyecto es, en esencia, una aplicación a través de la
cual la empresa encargada de la obra podrá gestionar con pocos recursos su
maquinaria a través de códigos y etiquetas. Cada aparato llevará un código que,
al ser leído, ofrecerá la información que el empresario precise para su
control: cuántos días lleva ahí, su coste de mantenimiento, cuándo ha de ser
devuelta... Y la lectura de los códigos puede ser efectuada por uno o varios
drones dotados de cámaras y procesadores informáticos, de modo que un solo
empleado desde una oficina puede conocer y gestionar en poco tiempo dónde está
su pequeño o gran ejército de máquinas y qué está haciendo exactamente. El
sistema, pues, convierte el ámbito de la obra en una especie de Gran Hermano
donde está controlado desde la excavadora hasta el andamio. Algo así como el
fin del escaqueo y un ahorro que su creador cuantifica en un 15 % en el
alquiler para determinadas empresas de construcción. Ha llamado a su invento
DMS (Device Management System).
En la escuela están encantados con el proyecto porque
empieza a consolidar una apuesta por la tecnología y el talento de sus alumnos.
La gestión de costes es uno de los apartados en los que se han especializado
algunos de los alumnos que han ido directamente a trabajar en proyectos de
Dubái o Canadá: «Las cosas han cambiado mucho y, si antes no importaba tener
olvidada una hormigonera con un coste de cien euros al día, hoy todo eso se
mira con lupa», explica Manuel Porta, uno de los profesores que ha tutelado el
proyecto de Raúl Díaz.
El director de la escuela Pedro Nogueira considera
imprescindible aunar «los saberes tradicionales de la profesión con las
tecnologías y los sistemas de gestión emergentes a nivel internacional». El uso
de los drones es uno de los sistemas que más están teniendo en cuenta ya que la
capacidad de estos ingenios para alcanzar perspectivas insólitas o de difícil
acceso los convierte en herramientas de enorme interés en las tecnologías de la
construcción. De hecho, uno de los profesores de la escuela, Gustavo Robleda,
se ha convertido en uno de los pioneros en obtener la titulación obligatoria
para manejar este tipo de aparatos.
Raúl Díaz, el estudiante que ha ideado la aplicación de
control DMS está pendiente de su patente. Hasta la fecha, los operadores de
gestión a quienes se la ha presentado no le han visto más que virtudes, lo que
demuestra que las nuevas tecnologías igualan a los emprendedores. Lo que les
diferencia es el talento, la imaginación y la audacia. Y a Raúl, eso le sobra.
JORGE CASANOVA SANTIAGO / LA VOZ, 15 de febrero de 2015.
Actualizado a las 19:09 h.
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